Prensa El Cristiano.- Al creyente Alexis García le cambió la vida desde la revelación de Jesucristo a sus 28 años, cuando andaba en el mundo de la homosexualidad.
Contó García, ya con 48 años de edad, que se vestía de mujer, usaba ropa interior femenina, se colocaba peluca con cabello amarillo y se maquillaba en su juventud porque se creía mujer, a pesar de ser hombre.
Todo esto lo complementaba consumiendo droga, bebiendo alcohol, participando en fiestas y formando parte de un grupo de delincuentes armados, en Coro, estado Falcón, lugar donde él nació.
García dijo que estaba marcado antes de ser trans porque su familia venía de orientarlo en el cristianismo tradicional, la cual señalaba cualquier irregularidad a ser de Satanás. Las restricciones y disciplina en la iglesia lo hizo alejarse hasta no querer nada con Dios explicó.
Quería atacar al pastor
García vivía pecando y pensaba que hacía lo correcto vestido de mujer hasta encontrarse cercano a una evangelización con un pastor quien predicaba a la gente en un sitio al aire libre. Le llamó la atención la aglomeración de personas, por lo que decidió acercarse vestido de mujer.
Al observa a la congregación se percató de una congregación a quienes se les permitía; utilizar pantalón (mujer), se pintaban los labios y hombres estaban sin corbata, por lo que García entró en irá por permitir ese tipo de conductas.
Su odio hizo llevarlo a intentar matar al pastor mientras predicaba. “Cuando me acercaba había algo que lo impendía. Quería dispararle; pero no podía”, describió García.
Al cabo de varios días regresó al lugar donde hacían el culto, de nuevo acompañado del grupo de trans armado para seguir intentando asesinar al pastor; pero su alma se rendía a Cristo Jesús mientras escuchaba la palabra de Dios.
Tenía pena con sus amigos
Quería levantar las manos en la adoración; pero por pena a qué dirían sus amigos no lo hacía hasta que volteó y no vio nadie. Levantó sus brazos al cielo y empezó a llorar, pensando estar sólo; pero seguía con el grupo que lo acompañaba.
Al regresar entristecido con sus amigos, le preguntan el por qué lloraba Dayana--así se hacía llamar--. No respondió y en casa al verse en el espejo, empezó una catarsis de su vida hasta comenzar a quitarse la vestimenta de mujer.
Sin la apariencia de mujer, García decidió ser hombre ante Cristo Jesús, quien inició el proceso de cambio en su vida. Ya no vestido de mujer recordó García.
“Dentro de mí quería estar con un hombre” comentó García, quien le dice a su hermana lo ocurrido, por lo que ella reta a Cristo Jesús a sanarlo en el culto del domingo y si no ocurría así ella dejaba de molestarlo.
Dios le habla
Cuando estaba en el culto, el pastor orando menciona su caso; sin embargo, García seguía con la duda y empieza a calificar a su hermana de chismosa porque le contó al pastor de su situación.
Y García empezó a preguntarle en su mente y simultáneamente el pastor le respondía desde lejos, lo que le hizo creer en ese instante en ser Cristo Jesús quien le hablaba, y no culpa a su hermana.
Lo invitan a acercarse a la tarima para orar por él contó García, quien no lo hizo. Esperó finalizar el culto para acercarse y cuando llegó el pastor lo llamó por su nombre, y apellido sin conocerlo.
Empieza a predicar
Cuando empezó la oración el pastor, dice García que vio como una persona igual a él, vestida de mujer, se desprende de él y le entrega algo con peso en su mano, no a la vista humana sino espiritual señaló, García.
Ya revelado Jesucristo en su vida, García se siente diferente, ya no le atraen los hombres y empieza ese retorno a vivir como Dios lo trajo al mundo, con conducta masculina.
Así García, lleno del Espíritu Santo comienza estudios bíblicos, se congrega y participa en evangelización en las calles, García maneja el vocabulario bíblico con mucha facilidad, demostrando su conversión a los pies de Cristo Jesús.