Notielcristiano.- Quizás usted es una de esos creyentes que está acostumbrado a vestir con su mejor traje o su vestido de moda para ir al culto de la iglesia.
O escucha la voz afinada de la coral mientras alaba a Jesucristo, o también manifiesta su voluntad a Dios en un templo con cómodas sillas, aire acondicionado, proyección de vídeo y paredes pintadas e iluminación ajustada a una iglesia evangélica cristiana del siglo XXI.
Pero, cuando se tiene el Espíritu Santo de revelación no hace falta tantas condiciones, ni maquillajes, así lo demuestran los creyentes de la Iglesia Cristiana Yo Soy Jesucristo Tú Salvador quienes hacen su culto en la Plaza Antonio Pérez Bolande, de la parroquia Catia en Caracas.
Con dos cajones de cornetas deterioradas--pero dejan salir el sonido--, un sistema de graduación de audio precario, un tambor, timbal y charrasca los hermanos de la Iglesia Yo Soy alaban a Dios debajo de un árbol inmenso, ubicado en el centro de la Plaza Bonalde en Catia.
Colocan sillas de plástico degastadas para quien quiera escuchar la palabra o alabar si lo desean cuando caminan por la Plaza Bonalde, donde transeúntes pasean con sus bolsas de compra, van leyendo el teléfono y en alguno casos comiendo, sin darles importancia.
Mientras alaban o interpretan la palabra de las Sagradas Escrituras, hombres enfermos por el alcohol, drogadictos, delincuentes, transexuales y vendedores ambulantes, se mantiene en la Plaza, a pesar de efectuase el culto al aire libre.
Con este entorno, sin tecnología de audio y sin edificación, las hermanas, y hermanos demuestran a los seguidores de Cristo Jesús que no hace falta paredes, ni techo para demostrar su amor al Maestro de Galilea.
Al finalizar recogen las conexiones eléctricas, todo el aparataje de equipos de sonido, e instrumentos musicales dándole gracias a Dios y regresan de nuevo a la Plaza al día siguiente para manifestar su devoción a Cristo Jesús.
Texto y foto: Charles Delgado
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