Prensa El Cristiano.- William Álvarez agradece a Cristo Jesús por ayudarlo a controlar su ira, tan perjudicial en las relaciones interpersonales con su familia y la vida cotidiana.
Álvarez no controlaba su actitud
violenta cada día, a pesar tener una vida cómoda al tener su vivienda propia,
vehículo y demás bienes materiales, describió.
Narró que desde niño su padre
golpeaba a su madre en su hogar en la barrida de Las Mayas, sector El
Cementerio, parroquia Santa Rosalía de Caracas.
Recordó la anécdota cuando ambos
estaban peleando y su papá le lanza una lata de leche en polvo por el rostro a
su madre, ocasionándole moretón.
Ese instante, dice Álvarez, lo
marcó así como otros conflictos domésticos que vivió diario con sus padres, quienes les
despertaron la irá. Al formar su familia traslado esa conducta agresiva a su
esposa e hijos.
Su actitud era tan perjudicial
que se divorció cinco veces en 55 años de vida y se distanció de sus dos únicos
hijos y su padre, quien ahora vive solo por no controlar su agresividad.
Para Álvarez rendirse a Jesús de
Nazaret cambió su vida porque ahora controla la irá, no agrede a su compañera y
tiene mejor trato personal con sus hijos, quienes comparten con él.
Advirtió que todo aquel quien va
a Dios no necesariamente tiene problema de vicios malignos, igualmente se
acercan humanos con inconvenientes interpersonales que viven cómodos; pero por
dentro tienen una guerra diaria consigo mismo.
Ya recuperado Álvarez predica con
una corneta junto a tres hermanos en Cristo, tres días a la semana y los
domingos en la Plaza Bolívar de El Valle la interpretación de la Sagradas
Escrituras. Está feliz y agradecido de su transformación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario