Prensa El Cristiano.- Al venezolano Ananías Chacón Cristo Jesucristo lo alejó del vicio de apostar en carreras de caballos, las bebidas alcohólicas y la promiscuidad.
En su testimonio contó que le
cambió la vida al aceptar a Jesús en su vida, pues tenía su apego a estudiar la
revista de hipismo (Gaceta Hípica del 5 y 6) en vez de dedicarle tiempo su
familia.
Su capacidad de elegir el caballo
ganador, en cada carrera, era tan acertada que obtuvo ganancias millonarias
nunca alcanzadas en el ámbito donde jugaba, lo que le dio fama entre las
mujeres y hombres apostadores.
A diario era acosado por los
jugadores porque no fallaba en sus apuestas al ejemplar ganador, llegando a
ganar cifras de hasta $20.000 en un día; pero desde su conversión ya no juega.
“Dios me quitó todo el vicio”
dijo, y quince años han pasado ya desde que comenzó el proceso de cambio en su fe,
gracias a una compañera de trabajo que ahora es su esposa.
Recordó que cuando decidió ir a
la iglesia un vecino que nunca hablaba con él lo llevó en su vehículo hasta su
destino, hecho que lo sorprendió, mucho más porque ese día también llovió por
su casa, ubicada en Agua Salud, parroquia Catia.
Aparecieron obstáculos como
llamadas inesperadas y retrasos en la vía por cola de vehículos; pero eso no
detuvo el propósito de Dios en él de llevarlo al culto de la Iglesia del Ministerio
Tablitas de Salvación (MITSA), ubicada en el Centro Comercial El Valle, en su
último piso, narró.
Indicó que al llegar al culto su
compañera de entonces, ahora su esposa, lo estaba esperando afuera. Ya en el
servicio Chacón aceptó a Cristo Jesús como su salvador, quien pagó el pecado en
la cruz, acontecimiento determinante para la revelación en su vida expresó, Chacón.
Lo más sorprendente que le
ocurrió a Chacón es haberse convertido en creyente de Cristo Jesús durante el
último culto en el local del CC El Valle de la Iglesia MITSA, porque iba a mudarse
al Km 0 de la Carretera Panamericana, por ello consideró que lo sucedido estuvo
dirigido por el Espíritu Santo.
Ahora Chacón ya es evangelista de
MITSA y no apostó nunca más en carreras de caballos porque creyó en Cristo.
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