Gabriel Bolívar era el mayor de tres hermanos; dos hembras y
él era único varón. Sus padres se separaron cuando él era adolescente, hecho
perjudicial porque nunca recibió educación inicial, ni orientación de un
adulto.
La unión disfuncional de su familia, lo hizo criarse en la
calle. Empezó a trabajar a los 13 de años de edad en empleos como cargar
bolsas, cargar mercancía, ventas y otros..
La vida de Bolívar comenzó a complicarse porque empezó a
fumar, tomar, salir con mujeres y a ir a fiestas para consumir. Nadie lo
guiaba, ni le daba concejos para mejorar su vida.
Situación que también le afectó a sus hermanas, quienes quedaron
embarazadas siendo muy jóvenes.
Sin rumbo, Bolívar decidió empezar a robar y así subsistir
hasta que lo alcanzó la justicia terrenal y fue arrestado por hurto, siendo
menor de edad.
Arresto, promiscuidad y adicción mantuvo a Bolívar por seis
años. A los 18 años de edad una hermana
lo invitó a la iglesia evangélica para el culto.
Su incertidumbre se mantenía porque seguía huérfano, sin
padres, ni familiar que lo orientará en la vida.
Así llegó Bolívar al encuentro con Jesús, sin nada. Viviendo
una vida desorientada de los principios y valores manifestados en la Biblia.
Contó que cuando llegó al templo no quería entrar y estaba
nervioso.
Narró como escuchaba dos voces en sus oídos, de un lado le
decía retírate y la otra, quédate.
Esa lucha de irse o quedarse la vivió Bolívar a sus 18 años
de edad, otro adolescente a su edad estaría en la universidad; pero a él lo
escogió Jesucristo para su encuentro personal. Al finalizar el culto se quedó
solo, perplejo por el momento, no sabía qué hacer, ni a donde ir, comentó
Bolívar.
Los hermanos de la iglesia lo invitaron acercarse para
hacerle la oración de fe. Narró Bolívar como se le nubló la vista, se sintió en
paz, su cuerpo lo sintió liviano y su piel, vista, cabello cambió todo a ser
brillante, y sano.
Desde ese encuentro con Cristo se alejó del pecado. La vida
cambió para Bolívar porque empezó a leer la Biblia fervientemente, la guardaba
en su corazón y la predicaba a todo aquel que lo escuchara.
Ya a sus 40 años de edad, Bolívar tiene una esposa creyente
con dos hijos, ya adolescentes. Tiene una vida familiar sana se siente
agradecido con Cristo Jesús, advirtió lo necesario de tener un encuentro
personal con el Señor para cambiar realmente y así no ser religioso.
Al predicar en la Iglesia El Gran Poder de Dios, ubicada en
el Mercado de Mayorista de Coche al aire libre compartió la interpretación de
la palabra y reafirmó lo imprescindible de vivenciar una reunión con Cristo
Jesús cara a cara.
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