Catorce años atrás el venezolano Franchesqui Martínez estaba
perdido en la bebida, todos los días tomaba licor junto a sus amigos, quienes
vivían cerca de su casa en la parroquia Petare, del estado Miranda.
Para Martínez era cotidiano tomar alcohol. Cuando no lo
hacía se sentía de mal humor y agresivo.
Su vida cambió mucho cuando aceptó a Cristo Jesús como su
salvador porque dejó de tomar de manera inmediata.
Ya no salía con sus amigos, ahora le interesaba más leer Las
Sagradas Escrituras.
Cambió la botella por la Biblia, y eso le ayudó a mejorar radicalmente
la relación con su familia, desaparecieron gran parte de sus problemas por
estar con Dios, aunque en algunas oportunidades viven momentos complicados, él nunca
pierden la fe en Jesucristo.
Ya sobrio asiste a la iglesia con su familia, tiene más de
una década sin tomar y le agradece a Cristo Jesús porque lo sacó de la
oscuridad ocasionada por la mala bebida.
Prensa El Cristiano
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