Esther Silva, de 55 años de edad, era una mujer normal, sin vicios, vivía su vida normal; a pesar de que no tenía fe en Dios y era terca.
Contó como a sus 42 años de edad vivía sin conocer las Sagradas Escrituras; sin embargo, una mujer de la corriente de los testigos de Jehová la motivó a revisarla porque todavía persistía en ella los prejuicios.
Narró que cuando empezó a leer la Biblia le fue cambiando el carácter, a tal punto de no dejar de estudiarla y meditarla para conocer a Dios.
Eso la impulsó a retar al Padre al demandarle encontrar un versículo exigido al abrir la
Biblia. Sorpresivamente, lo encontraba al abrir el texto sagrado. No lo hizo una vez, sino varias veces lo hizo arrojando respuesta positiva de Dios, quien le demostró su poder de pensamiento y sanación.
Fue un momento increíble, comenta Silva porque recibía respuesta a la solicitud, nunca se lo esperó. Así, ocurrió también al pedir a Dios encontrar unas llaves y las encontró.
Ese fue el inicio de Silva como seguidora de Cristo Jesús, quien renovó su fe y quitó la terquedad. Ahora, es una ferviente amante de Jesús de Nazaret.
Silva se encuentra con otros hermanos en Cristo en el bulevar de Catia, a la altura de la salida-entrada de la estación de Metro de Caracas, estación Pérez Bonalde para servir al Padre en la calle.
Con corneta y micrófono, al lado del edificio de la Policía Nacional Bolivariana de la parroquia del 23 de enero, Silva le transmite a todo transeúnte las Buenas Nuevas.
Ya con una fe fortalecida, Silva le agradece a Cristo Jesús haberla llamado porque su vida cambió. Ahora se siente feliz por sus avances personales, gracias a Dios.
Los días miércoles y viernes de cada semana, Esther Silva participa en el evangelismo de calle. Se congrega en la Iglesia Migratepc, ubicada en la Avenida Sucre, esquina de
Gato Negro en la parroquia de Catia, cerca de donde vive.
Texto: Charles Delgado
Foto: freepik
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