El matrimonio de Irían Rosales no
fue como ella quería porque vivió violencia doméstica y momentos desagradables
con su primera pareja, cuando tenía 30 años de edad.
Rosales contó como su exesposo
siendo joven la golpeaba con frecuencia, hasta el punto de tener que visitar al
médico forense por los moretones que le dejaba en la piel. Con ese hombre había
tenido cinco hijos; dos hembras y tres varones.
No quería dejarlo para evitar el
sufrimiento de sus hijos y el de ella,
quien a pesar de todo lo amaba, pero un día una amiga le empezó a predicar la
palabra de Dios.
Rosales no oía, ni escuchaba la
Palabra por las circunstancias que estaba viviendo porque quería una solución
rápida al conflicto de su familia, sin darse cuenta de que Dios le daría
paz y amor.
Así Rosales empezó un proceso de
transformación con Dios cuando comenzó a asistir a una iglesia en la parroquia Coche,
ella tenía en ese entonces unos 30 años, recordó.
Al ir a la iglesia empezó a
sentirse mejor y les contó su situación a los diáconos, quienes oraron constantemente
con ella para que pudiese salir de la depresión en la cual estaba sumergida a
consecuencia del maltrato de su exesposo.
Sanando de la tristeza decidió dejar a su pareja para dedicarse a sus hijos, quienes lucharon con ella hasta alcanzar los 71 años de edad que tiene actualmente.
Siempre cuenta su testimonio porque
muestra la fuerza de la oración contra el mal y demuestra el Poder de Dios ante
los problemas, comentó.
Hoy ella es una fiel y pacifica mujer
amada en Cristo Jesús que asiste a la Iglesia Pentecostal de Las Acacias, donde
tiene una participación activa desde hace ya dos décadas. Le agradece todos los
días a Dios porque la sanó de la depresión en ese momento de su vida.
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