lunes, 8 de agosto de 2022

Decidir ir al cielo le evitó la muerte

 


La vida en el mundo de Pedro Arena era agitada, hace diez años cuando trabajaba como conductor de transporte para el programa del Aló Presidente del presidente de Hugo Chávez.

Su vida cambió cuando fue secuestrado y llevado a un sitio cercano a Caracas llamado Paracoto, donde lo amordazaron para robarlo, lo hincaron y le colocaron una pistola en la cabeza para asesinarlo.

Para ese momento Arena no conocía a Cristo Jesús, no sabía nada de él por lo que entró en desesperación.

El asesino apuntándolo en la cabeza, le pidió que pronunciara sus últimas palabras antes de apretar el gatillo; pero algo ocurrió porque el criminal le dijo que se levantará y se fuera del lugar.

Contó Arena que mientras esperaba el disparo, en su pensamiento, se comprometió a servirle a Cristo Jesús el resto de su vida porque no deseaba ir al infierno sino al cielo.

Desde ese instante la vida de Arena cambió para iniciar un proceso de restauración en su cuerpo y mente. Se dirigió a una iglesia evangélica, donde cayó hincado a los pies de Cristo.

Jesucristo también lo sanó de una mano torcida, azúcar en la sangre y los problemas con los riñones.

Tras recibir de parte de Cristo Jesús esa sanación completa de su cuerpo Arena comenzó a ser más activo con la Palabra de Dios hasta llegar a ser predicador de la Iglesia Maranatha en el núcleo Parque Central en Caracas.

Tras pasar diez años de lo sucedido, Arena a sus 66 años de edad sigue recibiendo sabiduría y abundancia de parte de Jesucristo. Comentó que recientemente, le dieron a cuidar un apartamento por alguien desconocido, quien se fue del país. “Sí Dios quiere podría tener vivienda propia” agregó Arena.

Desde el bulevar de Catia, lugar de evangelización del Programa El Evangelio Cambia de la Iglesia Maranatha, Arena predicó Las Sagradas Escrituras, las cuales las interpreta con Fe para todos caraqueños.

 

 

Texto: ChD



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