martes, 5 de abril de 2016
Más de 7.000 cristianos asesinados por su religión en 2015
Un año más, la organización de derechos humanos con base en Estados Unidos «Puertas Abiertas» (Open Doors) ha constatado el incremento de la persecución contra cristianos en el mundo, en muchos casos con acciones de violencia terrorista dirigidas a asesinar al mayor número posible de seguidores del Evangelio. El informe de 2016, que recoge las investigaciones de los doce meses de 2015, estima en más de 7.000 los cristianos asesinados en el mundo en ese periodo por causas relacionadas con su fe, lo que supone un aumento significativo de más de 3.000 («mártires» según el criterio de la Iglesia) respecto al año anterior. No se tiene en cuenta, además, el número de víctimas en tres países que sobresalen en persecución de cristianos –Corea del Norte, Irak y Siria– dado que «Open Doors» estima que la información no es precisa.
Destaca en el informe la fuerte presencia de países de mayoría musulmana entre los más hostiles hacia los cristianos. De los 50 países catalogados por «Open Doors», 34 son de mayoría musulmana, aunque no todos cuenten con sistemas políticos regidos por la Sharía, la ley islámica. Tanto los regímenes de corte fundamentalista como los de carácter autoritario-laico aparecen hermanados por el mismo miedo a la libertad religiosa.
Las estadísticas muestran además que en 2015 fueron atacadas o dañadas unas 2.300 iglesias, número que dobla el del año anterior.
La agresión contra los cristianos no procede solo de los movimientos yihadistas Daesh, Al Qaida, Boko Haram y Al Shabab, los cuatro más letales. Existe también una atmósfera de intimidación y agresividad en muchos ambientes sociales musulmanes, que identifican la precariedad económica con un supuesto neocolonialismo occidental, y miran con odio a su vecino cristiano, con frecuencia mucho más indigente que el mahometano. Es el caso patético de Pakistán. En Egipto, por su parte, en el imaginario de algunos musulmanes el cristiano copto es el empresario acomodado que goza de una fortuna de origen sospechoso. La defenestración de los Hermanos Musulmanes no ha cambiado apenas esa percepción.
Bajo los foco
La persecución es silenciosa en la mayoría de los países que figuran en la lista de «Open Doors». La luz y los taquígrafos se concentran hoy en Irak y en Siria, donde los yihadistas de Daesh llevan a cabo una gradual y publicitada campaña de expulsión y secuestros entre la vieja población cristiana, así como de quema de iglesias.
¿Cuántos cristianos de rito en arameo –la lengua materna de Jesús– quedan en Irak? Cuando cayó Sadam Husein, en 2003, se calculaba que el país tenía alrededor de un millón de cristianos. Hoy se desconoce la cifra, dada la persecución que sufren no solo a manos de los yihadistas, sino también por parte de las autoridades kurdas (que apoya por cierto Estados Unidos). Según denuncia el informe de 2016, las autoridades autónomas kurdas están forzando a los cristianos a que vendan sus propiedades a musulmanes en la región de Mosul y la planicie de Nínive, para crear una zona «homogénea» en términos étnicos y religiosos.
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