ECN.- La herencia cristiana de Europa está en peligro, escribió el
primer ministro de Hungría Viktor Orban en un diario alemán, evidenciando el
papel de la religión en la crisis migratoria que enfrentan los países europeos.
"Es una cuestión importante, porque Europa y la cultura
europea tiene raíces cristianas. ¿Y acaso no es preocupante que la cultura
cristiana de Europa apenas esté en condiciones de defender sus propios valores
cristianos?", remarcó en el artículo de opinión, publicado por el
Frankfurter Allgemeine.Con ello advertía a Europa del supuesto "riesgo" de asilar a familias musulmanas, de entre los miles que huyen de la guerra en Siria, Irak o Afganistán.
Lo escribió mientras Alemania y Francia presionan para que los estados miembro de la Unión
Europea acepten una cuota obligatoria de refugiados.
Y también cuando miles de ellos atraviesan Hungría con rumbo a Austria, para de ahí llegar a Alemania.Budapest, la capital húngara, ha sido testigo de escenas de caos: la policía se ha enfrentado a los refugiados, haciendo más difícil su tránsito por el país.
En este contexto las palabras del político, de extrema derecha, generaron reacciones.
"Solidaridad y sacrificio"
Una de las respuestas más contundentes fue la del presidente
del Consejo de Europa, el exprimer ministro polaco Donald Tusk."Al referirse al cristianismo en un debate público sobre la migración se debe hablar, en primer lugar, de la disposición a mostrar solidaridad y sacrificio", dijo el jueves.
"Para un cristiano no debería importar la raza, la
religión o la nacionalidad de la persona necesitada", añadió Tusk, quien
propone que Europa acoja a 100.000 refugiados.
Asimismo, el presidente del Parlamento Europeo, el alemán
Martin Schulz, tachó de "egoísta" la postura del húngaro.Sin embargo, para Orban "lo moral y lo humano" es advertir a los migrantes lo siguiente: "No vengan. ¿Por qué tienen que venir de Turquía a Europa? Turquía es un país seguro. Quédense allí. Es peligroso venir aquí".
Así dijo durante una intervención en el Parlamento Europeo, cuando insistió en que la ola migratoria sin precedentes es "un problema de Alemania".
El gobierno de Eslovaquia, otro país del este, anunció el 20 de agosto que sólo aceptará a cristianos entre los 200 refugiados que debe acoger de acuerdo al plan inicial de la Unión Europea.
En una entrevista concedida a la BBC, el portavoz del Ministerio del Interior de Bratislava, Ivan Metik, trató de justificar la decisión alegando que los musulmanes no serán aceptados porque "no se sentirían como en casa" en un país de cultura cristiana.
"Podríamos acoger a 800 musulmanes, pero no hay
mezquitas en Eslovaquia. ¿Cómo se van a integrar los musulmanes si no les va a
gustar estar aquí?".
Y el propio primer ministro de ese país, el socialdemócrata
Robert Fico, volvió a insistir la semana pasada en su rechazo a un sistema de
cuotas.
"Nos oponemos firmemente a cualquier tipo de cuotas. Si
se adopta un mecanismo de redistribución automática de migrantes, nos
despertaremos un día con 100.000 personas del mundo árabe. Es un problema que
no me gustaría que Eslovaquia tuviera".
Ya a principios de agosto, la localidad de 5.343 habitantes
de Gabcikovo, al sur de Eslovaquia, votó un "no" rotundo en referendo
sin precedentes a la acogida temporal de 500 refugiados.
Estos intentaban tramitar su asilo en la vecina Austria,
pero los centros de acogida allí estaban saturados.
"Estoy muy feliz de que el resultado refleje la postura
de los ciudadanos", dijo el alcalde de la localidad, Ivan Fenes, al
conocer el resultado de la votación.
"No queremos refugiados en nuestro municipio",
agregó.
Mientras que en Estonia, país que ha acogido a menos de 100
refugiados, la policía investiga un incendio sospechoso en una vivienda que
albergaba a víctimas de la guerra de Siria.
El rechazo a la inmigración musulmana ha sido, en los
últimos años, una de las principales banderas de la extrema derecha en toda
Europa.
Contra la "islamización de Occidente"
Más allá del bloque del Este, en otras partes de Europa
también se ha vinculado la ola de migración con una amenaza para los valores
cristianos.Ya en 2009 Suiza prohibió los minaretes en las mezquitas. Lo hizo después de someter la iniciativa a referendo y que 57,5% de los suizos la apoyara. Pero la manifestación más reciente del sentimiento antiislámico tuvo lugar en Alemania.
El 5 de enero de este año un movimiento de extrema derecha
logró convocar a 18.000 personas contra la "islamización de Occidente"
en Dresden, Sajonia, un estado de la exrepública Democrática Alemana con serias
dificultades económicas.
"Patriotas Europeos Contra la Islamización del
Occidente" (Pegida, en alemán) llevaba desde octubre organizando protestas
similares cada lunes, para reclamar más restricciones al derecho de asilo en el
país con mayor acogida de inmigrantes.
Aunque el movimiento se encontró también con un fuerte
rechazo de la opinión pública alemana. La catedral de Colonia apagó sus luces a modo de rechazo
durante la manifestación que organizó Pegida en esa ciudad
Y en las mayores contraprotestas participaron 5.000 personas
en Berlín y unos 22.000 manifestantes antiPegida tomaron las calles de
Sutthary, Muenster y Hamburgo, según informó la agencia DPA.Además, en ese país 780 personas se inscribieron en una iniciativa para acoger inmigrantes llamada Refugees Welcome (Bienvenidos, refugiados) y 26 personas ya fueron ubicadas en casas privadas.
Como ellos, 11.000 islandeses se ofrecieron a dar refugio a
quienes huyen de la guerra de Siria.
Y con ello demostraron que, además de líderes, hay muchos
ciudadanos en Europa que no comparten el temor del primer ministro húngaro o el
eslovaco.
Eso se observó con más claridad este fin de semana en
Munich, cuando una multitud recibió con vítores a los primeros inmigrantes que
llegaron a Alemania luego de atravesar a pie más de media Europa.
Fuente: BBC
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