Luego de haber dormido Josué, comenzaron las etapas conocidas como el trireinatos con Saúl, David y Salomón, quienes reinaron con guerras y paz para la conquista de la tierra prometida.
Saúl heredó momentos de
batalla para la conquista de la tierra prometida por Dios. Peleó con los
diferentes reinos que negaban entregarse al pueblo elegido del Padre Celestial.
Envidia e inseguridad en su reinó estuvo en el gobierno de Saúl, quien estaba
celoso con David.
La consulta a una
espiritista hizo Saúl para preguntar al consejero Samuel, qué hacer en momentos difícil. Así, durante 40 años era conquista tras conquista que vivía los israelitas hasta
el auto asesinato de Saúl con su misma mano y la llegada de David al trono.
Ya con David reinando siguieron las dificultades, a pesar de ser elegido por Dios. Guerras, ambición y pecado practicó David, cuando gobernó. Esté proceso duró 40 años, hasta la muerte de él.
Ya con David reinando siguieron las dificultades, a pesar de ser elegido por Dios. Guerras, ambición y pecado practicó David, cuando gobernó. Esté proceso duró 40 años, hasta la muerte de él.
Tras su partida física,
siguió reinado su hijo Salomón, quien al tener un encuentro con Dios, le dijo
que pidiera lo que quisiese. De respuesta, él le pidió sabiduría para reinar al
pueblo de Israel.
Por agradarle a Dios el
pedido, Salomón recibió abundancia para el pueblo israelita. Sin embargo, la
ambición de poder, cientos de mujeres y la entrega a los placeres ocasionó olvidarse de
Dios, hecho que lo perjudicó durante su gobierno que duró 40 años.
Sumandos los reinados
de Saúl, David y Salomón da 120 años, donde pasaron muchos acontecimientos de
aprendizaje en nuestras vidas. Apreder de sus vidas, permitirá mejorar la nuestras. Sacar lo bueno y dejar lo malo, es importante en estos tiempos.